En la etapa de Educación Infantil ya no podemos inventar nuevos conceptos matemáticos, pero lo que sí podemos hacer es que las matemáticas, la asignatura tan aburrida y difícil, sea más agradable, divertida, amena para los alumnos que tenemos en nuestras aulas.
¿Y cómo podemos hacer esto?
Mi propuesta es dejar de hacer la ficha de la suma y la resta, dejar de hacer la ficha de cada uno de los números que se estudian en cada curso, tener sentado al alumno en una silla y hacerle pensar cuánto hacen 2+1 o 1+2, ¡qué aburrimiento!
Para aprender a sumar y restar, por ejemplo, sólo necesitamos un banco al lado de la pared, los alumnos sentados en el suelo y... el alumno más dispuesto a colaborar en la actividad va a ser el que va a hacer las sumas y las restas. El/la alumno/a va a decir qué compañeros quiere que suban en el banco y el profesor le pregunta:
- si había 0 alumnos y han subido 3 compañeros, cuántos hay ahora?
A lo que el alumno debe responder 3. Luego el alumno/a debe decidir si suben más compañeros o bajan, en el caso de que suban 2 más, el profesor le va a preguntar:
- si había 3 alumnos y han subido 2, cuántos alumnos hay?
El alumno/a deberá responder 5, en caso contrario, el profesor deberá hacer contar al alumno/a cuántos hay para que compruebe el resultado.
¿Qué conseguimos con esta actividad?
Nuestros alumnos ven visualmente qué quiere decir sumar y restar, se dan cuenta de qué quiere decir cada uno de los números y, además, hacemos que los alumnos se conozcan entre ellos, mantengan un orden y se respeten el turno y la palabra.
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